miércoles, 28 de noviembre de 2007

Trastorno bipolar: La enfermedad de los genios

Transitar cíclicamente por depresiones y euforias no implica sólo un problema psicológico, sino también un desbalance neuroquímico. Cerca del 2% de la población es bipolar
La Nación RevistaDomingo 21 de Enero de 2007
Qué tuvieron en común Edgar Allan Poe, Miguel Angel, Virginia Wolf, Piotr Tchaikovsky, Cary Grant y Vincent Van Gogh? Su talento, es cierto. Sin embargo, cada uno de estos genios sufría una alteración que obraba como disparador de su creatividad, y quizá nunca lo supieron: el trastorno bipolar, más conocido como enfermedad maníaco-depresiva. Se dice que el famoso cuadro de Edvard Munch El grito podría haber estado inspirado en una de las cíclicas crisis del atormentado pintor.
Si se habla de bipolaridad lo más frecuente es pensar en una persona deprimida que no sale de la cama y que, en su etapa maníaca, compra autos de manera compulsiva. Y algo de ello hay, pero esta enfermedad tiene muchos más matices –y no siempre negativos– por descubrir.
Se trata de un problema del sistema nervioso que afecta las sustancias especializadas del cerebro (neurotransmisores) reguladoras del estado de ánimo. Quienes lo sufren pasan alternativamente de la euforia a la depresión, proceso que puede ocurrir en cuestión de horas, días, semanas, meses o años.
¿Cómo se desencadena?, ¿es sólo una deficiencia neuroquímica?, ¿un factor genético?, ¿o tiene que ver con el contexto familiar?
“Es una cadena de acontecimientos –explica el doctor Alejandro Lagomarsino, creador de la Fundación de Bipolares Argentina (Fubipa) y presidente honorario del Capítulo de Psicofarmacología de la Asociación de Psiquiatras Argentinos–. Hay predisposición genética, pero los genes que predisponen se activan en situaciones de estrés.” En ese punto está de acuerdo el doctor Marcelo Cetkovich-Bakmas, responsable de la Unidad de Trastornos del Animo del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco): “Los factores estresantes, como las pérdidas, afectan la capacidad de autorreparación del cerebro, la lentifican”.
Entre ciclos
“El carácter ciclotímico es una variante normal del humor: todos tenemos días malos y días buenos”, aclara Cetkovich-Bakmas, que es, además, jefe del Departamento de Psiquiatría del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro.
Pero las cosas cambian cuando esos ciclos se hacen más marcados. Si una persona tiene etapas de tristeza, se encierra en sí misma, tiene trastornos del apetito y el sueño, seguramente está deprimida. Pero si luego mejora notablemente, se acelera, está contenta, exaltada, quizás irritable, comienza a entusiasmarse por un trabajo o un nuevo amor, y en los casos más graves delira, seguramente está transitando una etapa de euforia.
Hasta hace sólo 20 años se conocía muy poco sobre esta enfermedad. “Pero ahora hemos descubierto que hay muchas más personas de lo que se creía con este problema”, dice Cetkovich-Bakmas. En este sentido, se sabe que afecta a cerca del 2% de la población (y no al 1%, como se suponía), que es más frecuente entre las mujeres y aparece en la adolescencia o en los primeros años de la adultez.
¿Es posible afirmar en la primera consulta que alguien es bipolar? Según los especialistas, no es tan sencillo: puede tardarse hasta 10 años en dar un diagnóstico certero. “A los enfermos bipolares se los confunde con esquizofrénicos, depresivos unipolares, ansiosos... Y se los somete a tratamientos que no ayudan. A veces, los empeoran”, dice Cetkovich-Bakmas.
En su etapa eufórica, las personas difícilmente piden ayuda: no pueden reconocer que algo malo les pasa porque se sienten bien.
Por eso recomiendan la primera entrevista cuando la familia las encuentra deprimidas. “Si se sienten mal, es más fácil ayudarlas”, aclara Lagomarsino.
Hay tres pilares terapéuticos: la medicación, la psicoterapia y la psicoeducación. “Los bipolares sufren un deterioro cognitivo que si no se trata puede ser mayor, ya que la depresión es muy tóxica para el cerebro, así que recomendamos tratarlos lo antes posible”, agrega Cetkovich-Bakmas, al tiempo que señala que la medicación tiene como objetivo, básicamente, mantener bajo control las alteraciones del ánimo. El carbonato de litio se usa hace 50 años y sigue siendo aun hoy el más recetado.
La psicoterapia es otra herramienta esencial. Ayuda a cambiar aspectos de la vida y a mantener el tratamiento. “El problema es que la mayoría de ellos sienten que cuando están estabilizados pierden creatividad. Es que, en su etapa de euforia, experimentan una sensación ‘primaveral’, intensa, que no perciben cuando toman la medicación –explica Lagomarsino–. Pero dejar los remedios puede empeorar las cosas. Hay evidencia de que, si se interrumpe el tratamiento, puede haber una recaída y, luego, al volver a utilizar el litio, el cuerpo ya no responde”.
La psicoeducación es el tercer elemento: permite que la persona esté informada, que sepa lo que le va a ocurrir. “Son métodos que ayudan al paciente a convertirse en actor de su propio tratamiento”, piensa Cetkovich-Bakmas. Por eso los grupos de autoayuda son útiles para pacientes y familiares. Son organizaciones de ayuda mutua, gratuitas, coordinadas por un enfermo recuperado o un pariente. “Nadie va a entender mejor que ellos mismos lo que les está ocurriendo –reflexiona Lagomarsino–. Es alguien que pasó por lo mismo y pudo superarlo. Se lo dice un par, no un médico que lo señala con el dedo.”
Por Paula Halperin paulahalperin@lanacion.com. ar
Para saber más:# Fundación de bipolares argentina: www.fubipa.org.ar# Fundación mundo bipolar : www.mundobipolar.org# Instituto nacional de sicopatologia: www.inapsi.com.ar
Una luz en el infierno
"… el trastorno bipolar es una condición humana fascinante y la vez trágica... Mientras la mayoría de los pacientes bipolares psicóticos no son líderes ni creadores, constituyen el reservorio de los genes que, en una forma diluida, podrían ser las semillas de la genialidad” (Hagop S. Akiskal en: Akiskal, Cetkovich-Bakmas, García Bonetto, Strejilevich y Vázquez: Trastornos bipolares. Conceptos clínicos, neurobiológicos y terapéuticos. Panamericana, Buenos Aires, 2006). Gente exitosa, políticos, artistas reconocidos, músicos, actores... Hay una característica particular que suele ser bastante común entre los bipolares: “Es reconocido que estas personas son más creativas y capaces”, afirma Lagomarsino.
Eduardo Greco, psicoanalista, dice en su libro La bipolaridad como don: “Al perderse los bordes, las restricciones y hasta las inhibiciones, el maníaco hace crecer la fuerza de todas sus funciones, rendimientos y actividades.” Se dice que Schumann llegó a escribir alrededor de 40 sinfonías en un año. Según Eduardo Greco, la oscilación emocional va acompañada de una serie de talentos que, al no ser desarrollados, se convierten en afección.
Por P. H.Los síntomas
Etapa maníaca: euforia con excesivo optimismo, alegría y vitalidad. Marcada disminución del sueño. Aumento del interés sexual, a veces con conductas inapropiadas. Alto nivel de energía y actividad, locuacidad excesiva. Extrema irritabilidad, inquietud, agresividad. Desmesurada valoración de sí mismo (grandiosidad). Cambios emocionales rápidos e imprevisibles. Conductas riesgosas sin tener en cuenta las consecuencias. Gastos excesivos.
Etapa depresiva: sentimientos exagerados o inapropiados, de tristeza, desesperanza, ansiedad, desgano y/o pesimismo. Pérdida de energía y motivación. Apetito disminuido o exagerado. Sueño disminuido o exagerado. Pérdida de interés o placer en las actividades usuales. Perturbaciones en la concentración y la memoria. Ideas recurrentes de muerte, de suicidio.Grupos de autoayuda
# Iglesia de Santa María (Fubipa) Avda. La Plata 286 (y Rosario). Reuniones, el 1er. sábado de cada mes, a las 10, y el 3er. lunes, a las 19.30.
# Parroquia San Martín de Tours. San Martín de Tours 2939. Reuniones: el 2° sábado de cada mes, a las 10, y el 4° jueves, a las 19. 30
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http://www.lanacion.com.ar/edicionimpresa/suplementos/revista/nota.asp?nota_id=875748

Los ataques de pánico afectan tres veces más a las mujeres

Transpiración intensa, sofocos, temblores, dolor en el pecho, miedo a morir en ese mismo instante. Estos son sólo algunos de los síntomas de un ataque de pánico, un trastorno que en la Argentina se diagnostica cada vez más debido a que, por un lado, los médicos están más entrenados para identificarlo y a que, por otro, los mismos pacientes se animan a consultar. Pero este trastorno tiene una particularidad: afecta más a las mujeres que a los hombres. La proporción es de un varón por cada tres mujeres.Un reciente estudio realizado por la Fundación Fobia Club —es una institución dedicada al diagnóstico y tratamiento de trastornos de ansiedad— reveló que sobre 872 pacientes tratados por ataques de pánico entre febrero de 2000 y febrero de 2006, el 82 por ciento fueron mujeres.En la Sociedad Argentina de Trastornos de Ansiedad manejan estadísticas similares. "Hay una proporción de tres mujeres por cada hombre", dijo a Clarín su presidente, el psiquiatra Alfredo Cía. Y agregó: "Esta proporción no se da solo en nuestro país, se repite en todo el mundo".El ataque de pánico es un desorden que fue descripto con precisión en 1978 en el Manual de Diagnóstico y Estadística de los Trastornos Mentales, publicado por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría. Recién a principios de la década del '90 la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo reconoció como un trastorno mental. No es que antes la gente no sufriera ataques sino que costaba dar con el diagnóstico.Era común que los pacientes tuvieran que peregrinar de consultorio en consultorio en busca de una cura que casi nadie acertaba en encontrar.La enorme mayoría iba al cardiólogo porque pensaba que —mientras sufrían un ataque de pánico— estaban por morir de un paro cardíaco. Pero de los estudios, claro, surgía que en realidad estaban sanos."En 1995 la demora en diagnosticar el ataque de pánico en la Argentina era de 7 años en promedio. Ahora ese promedio bajó a 3 años gracias a que los profesionales y los propios pacientes manejan más información", explicó Alfredo Cía.Ahora, el punto es por qué estos ataques son más frecuentes en las mujeres."Esta mayor vulnerabilidad de las mujeres tiene varias explicaciones. Por un lado hay razones orgánicas (el sistema nervioso de las mujeres es diferente del de los hombres) y psicosociales (la sociedad no espera lo mismo de una mujer que de un varón). Y también hay razones hormonales: los cambios que una mujer sufre a lo largo de su vida la hacen más vulnerable", señaló el psiquiatra Enzo Cascardo, director del Centro IMA, dedicado a las investigaciones de ansiedad.Para el psiquiatra Gustavo Bustamante, vicepresidente del Fobia Club, también existen otros motivos que llevan a que en las mujeres haya una mayor prevalencia de este desorden. "Las mujeres pueden tener una mayor sensibilidad a detectar los niveles de miedo. Quiero decir: un hombre puede detectar que está sufriendo una situación de nerviosismo —sostuvo Bustamante— y se descarga de una manera agresiva. Quizá nunca llega a asociar que lo que estaba teniendo era simplemente miedo".¿No será que no es que haya más mujeres que padezcan de este desorden sino que simplemente ellas consultan más que los hombres? "Para nada —contestó Alfredo Cía—. Sus síntomas son tan dramáticos que las personas, independientemente del sexo, siempre consultan. Además no hay que olvidar que la misma proporción se repite en todos los países". Antes de fin de mes, Cía editará un libro sobre este trastorno, "Como superar el pánico y la agarofobia".Los ataques habitualmente ocurren por primera vez entre los 27 y 28 años. Esto podría ser un indicador de su origen genético. Pero también es cierto, advirtieron los expertos, que es a esa edad cuando muchos finalmente se independizan de sus padres y entran de lleno al mundo adulto.La mayor parte de los que sufren ataques de pánico se vuelven agorafóbicos, es decir sufren un temor obsesivo a los espacios abiertos. "Como en los ataques la persona piensa que se va a morir de un infarto, muchos temen tener un ataque en un lugar público y que nadie los ayude. Entonces terminan encerrados en sus casas. Muchas veces ni siquiera se animan a sacar la basura o a colgar la ropa en el patio", sostuvo el psiquiatra Bustamante.El tratamiento es bastante estándar. Empieza con terapia y fármacos, generalmente antidepresivos y ansiolíticos. Después llega lo que puede considerarse el tratamiento de choque: enfrentar al paciente a lo que más teme, las salidas a lugares públicos. Tres meses más tarde, en promedio, los pacientes están totalmente recuperados.

A cualquiera le puede pasar

La cantante se desmayó en el escenario durante una presentación en la ciudad santafesina de Piamonte- Su hermano, Joaquín, aseguró que se debió a la emoción de verse nuevamente frente a su público. La cantante Lucía Galán, integrante del dúo Pimpinela, se desmayó anoche en el escenario durante una presentación en la ciudad santafesina de Piamonte, a unos 600 kilómetros al norte, la primera que había tras un receso por problemas de salud.La artista sufrió una lipotimia, dijeron los médicos que la asistieron, según reportó hoy.Su hermano y compañero de dúo Joaquín Galán informó que Lucía sufrió un ataque de pánico por la emoción de verse nuevamente frente a su público.Pimpinela volvía ayer a sus actuaciones después de que Lucía Galán superara un cuadro de isquemia cerebral que la había dejado hemipléjica.La cantante estuvo varias horas en observación en el hospital de Piamonte y luego fue dada de alta, tras lo cual el dúo emprendió el regreso a Buenos Aires en automóvil.En una rueda de prensa, el mes pasado, Lucía informó que aunque todavía sigue un tratamiento para recuperar totalmente la movilidad de su brazo derecho, en 2007 y en paralelo con su labor musical, se integrará a una comedia televisiva. Fuente: 15 de enero de 2007 (Infoabe- MR)

Test

AUTOEVALUACIÓN
Esta es una lista con los criterios actuales para detectar un cuadro de ataque de pánico.Marca al lado de los siguientes síntomas - si los tuvieras- :
Palpitaciones o taquicardia o una sensación de que "el corazón salta del pecho"
Transpiración intensa
Temblores o sacudidas
Sensación de respiración corta o entrecortada, ahogos o que "te falta el aire"
Sofocos intensos
Dolor o malestar en el pecho
Náusea o malestar abdominal
Sentirte inestable, débil y extenuado/a, "con la cabeza vacía"
Mareos o vértigos
Sensación de terror, de desrealización (sentimientos de irrealidad) o de despersonalización (sentirse desapegado de uno mismo)
Miedo a perder el control o a volverte loco/a
Miedo intenso a morir o a padecer un ataque al corazón
Parestesias (calambres, hormigueos o "electricidad" en los miembros), entorpecimientoo sensación de parálisis, zumbidos en los oídos
Calores o escalofríos
Si padeces 4 o más de los anteriores síntomas, sin una condición médica que lo justifique, podrías estar padeciendo un cuadro de ataque de pánico, para el cual hoy la Psiquiatría dispone de efectivas soluciones con tratamientos combinados (psicoterapéuticos y farmacológicos).

lunes, 19 de noviembre de 2007

Miedos, fóbias y ataques de pánico


Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante,
vívela intensamente, sin mediocridad,
piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.

(Walt Whittman “La sociedad de los poetas muertos”)



Algunos más, otros menos; ¿quién no ha sentido miedo alguna que otra vez?
¿Qué diferencias hay entre miedo, fobia y ataques de pánico?
¿Qué tienen en común?

La angustia está presente en los miedos, fobias y ataques de pánico aunque no de la misma manera. En miedos y fobias está algo más atenuada que en el ataque de pánico donde la irrupción es masiva e invade al sujeto dejándolo acorralado.

El miedo en los adultos, muchas veces funciona para alertar o anticipar respecto de posibles situaciones de peligro. En esos casos nada tiene que ver con cobardía, sino más bien con cierto criterio de realidad o sentido común. Por ejemplo, si la persona teme salir a caminar en la madrugada, se trata de un sentimiento racional y acorde a esa circunstancia.

Aunque no todo es tan racional y coherente en la vida psíquica.

Hay quienes en la adultez padecen múltiples miedos: a la oscuridad, a subir a un avión, a los insectos, etc.

En otros, el miedo es a ser abandonados o a que los dejen de amar. Esto tiene que ver con la historia infantil de esa persona, como ha sido vivenciado y elaborado lo acontecido en ese período en relación a los primeros objetos de amor. En el psiquismo quedaron marcas de lo que en otro tiempo fue vivido como situación de abandono, aunque no haya sido abandono en un sentido literal; lo que importa es como fue registrado. Vale como ejemplo el destete que pudo haber quedado ligado a esta cuestión o bien otra circunstancia en la que alguno de los que estaban al cuidado de ese niño no pudo prestar la suficiente atención por tener que ocuparse de otro niño o de un familiar enfermo o del trabajo, etc.

Luego, en la adolescencia y la adultez, estas marcas se activan ante potenciales situaciones en las que se ponga en juego algo del orden de un posible abandono. Por ejemplo: una ausencia o la muerte de algún ser querido, puede ser vivida de esta manera. Esta es una de las fuentes de este miedo.

El miedo a no ser amado en ocasiones tiene que ver con un sentimiento de desvalorización que acompaña al sujeto desde su mas tierna infancia, período en el cual se constituye el narcisismo, que suele estar afectado en más o en menos. Algunos lo tienen tan grande que parece que no van a pasar por la puerta y otros tan empobrecido que se sienten menos que una cucaracha.

Esto es algo inconciente pero funciona más o menos así: no me ama o va a dejar de hacerlo porque no valgo o no merezco su amor.

Es decir que los miedos, como todo aquello que sucede en el plano de lo anímico, tienen su razón de ser, no están por que sí, hablan del sujeto y de sus fantasmas, de la realidad psíquica, que es la única que vale para aquel que padece y que a veces se distancia de la realidad propiamente dicha.

El miedo es inherente al mundo infantil, el niño está absolutamente a expensas del adulto, ya que no se puede valer por sí mismo. La indefensión y el desvalimiento caracterizan a esta etapa. Los miedos de los adultos son una forma de retorno de estos sentimientos de la infancia.

Miedo a estar solos, a estar acompañados, al compromiso, al amor, a la falta de amor, miedo al éxito o al fracaso, miedo a crecer, a asumir responsabilidades. La lista puede tornarse interminable. Muchas veces, miedo al miedo. En fin, miedo a la verdad, miedo a la muerte, como dice Alejandro Lerner en una de sus canciones.


¿Es lo mismo miedo y fobia?

Las fobias tienden a ser monótonas y típicas.

En las más comunes, se trata de un miedo exagerado a las cosas que todo el mundo aborrece o teme un poco: la noche, la soledad, la muerte, las enfermedades, los peligros en general, las serpientes, etc.

En el ámbito psicoanalítico es famoso el caso que escribió Freud en 1909 acerca del pequeño Hans (Juanito), “Análisis de la fobia de un niño de cinco años”, quien le tenía miedo a los caballos.

A su vez están las fobias que tienen que ver con un sentimiento de miedo ante condiciones especiales que no inspiran temor al hombre sano, por ejemplo la agorafobia, que es el miedo a los espacios abiertos o la claustrofobia, miedo a los espacios cerrados, miedo a subir a un avión, etc. En algunos casos, con evitar la circunstancia que desata el miedo, se acaba el problema. Es decir, la persona no sube a un avión o a un ascensor y esta “todo bien”.

En otros, esta patología va limitando la vida de la persona de tal manera que casi no sale de su casa para evitar la angustia.

Las fobias tienen tratamiento por la vía psicoanalítica y otras psicoterapias. También pueden requerir medicación.

Respecto a los ataques de pánico, ¿quién no escuchó en estos últimos tiempos hablar de ellos? ¿Se trata de un síntoma contemporáneo, algo tiene que ver con la época que atravesamos?

En 1895 Freud describió un cuadro al que denominó “Neurosis de angustia” ya que todos sus componentes se pueden agrupar en derredor del síntoma principal que es la angustia.

El cuadro clínico comprende los siguientes síntomas:

-Irritabilidad general: Indica una acumulación de estímulos. Se manifiesta a través de la hipersensibilidad a los ruidos (hiperestesia auditiva). Bien sabido es el vínculo que hay entre impresiones auditivas y terror. La hiperestesia auditiva se halla como una de las causas del insomnio, que en más de una de sus formas pertenece a la neurosis de angustia.

-La expectativa angustiada: Se trata de una concepción pesimista de la realidad que puede estar referida a la propia salud, a lo familiar o al mundo en general. Es algo así como un estado de angustia crónica.

-Ataque de angustia: Es la forma en que se exterioriza el estado de angustia que en general se encuentra al acecho y puede ser desencadenado por diversas situaciones. Un ataque tal puede consistir en el sentimiento de angustia solo o bien mezclarse con la interpretación más espontánea como por ejemplo la aniquilación de la vida, la amenaza de enloquecer o bien puede conectarse la sensación de angustia con una perturbación de una o varias funciones corporales como por ejemplo la respiración, la función cardiaca (taquicardia); de ahí provienen la vivencia de ahogo y la sensación de estar cerca de la muerte.

El referido ataque puede estar acompañado entonces por perturbaciones de la actividad cardiaca, es decir, palpitaciones, arritmia breve, taquicardia persistente, o bien puede estar acompañado por perturbaciones de la respiración, es decir, disnea nerviosa, ataques semejantes al asma, etc.

Pueden producirse ataques de oleadas de sudor a menudo nocturnos. Ataques con temblores y estremecimientos que es muy fácil confundir con ataques histéricos. Ataques de vértigo locomotor, diarreas, hambre insaciable, vértigo, parestesias, etc.

-El terror nocturno de los adultos que va acompañado generalmente de angustia, es otra posible variedad del ataque de angustia.

Una posición destacada dentro del grupo de síntomas de la neurosis de angustia lo ocupa el vértigo que en sus formas mas leves es mejor designarlo como mareo y en su forma más grave se lo denomina como ataque de vértigo. Consiste en un malestar específico acompañado por las sensaciones de que el piso oscila, las piernas desfallecen, es imposible mantenerse más tiempo en pie, las piernas pesan como plomo, tiemblan o se doblan las rodillas.

Otra característica de la neurosis de angustia es que puede estar acompañada por alguna fobia, por ejemplo la agorafobia.

En ocasiones, la actividad digestiva experimenta algunas perturbaciones, pueden presentarse ganas de vomitar, náuseas, diarreas, etc.

En síntesis, son múltiples los síntomas que acompañan el ataque de angustia.
Así es como describía Freud este cuadro hace más de un siglo, veamos que se dice en la actualidad desde la American Psychiatric Association respecto de los Ataques de pánico.

Las crisis de angustia o ataques de pánico se caracterizan por la aparición súbita de síntomas de aprensión, miedo pavoroso o terror, acompañados habitualmente de una sensación de muerte inminente. Estas crisis pueden repetirse periódicamente ocasionando gran limitación en las actividades cotidianas por temor a padecer un nuevo episodio.

El pánico es una vivencia de miedo intenso o terror que genera una sensación tal de descontrol que la persona percibe como que podría conducirlo a un desmayo, a la locura o a la muerte. Estas vivencias vienen acompañadas por una serie de síntomas.

Para hablar de crisis de pánico deben aparecer al menos cuatro de estos síntomas:

Palpitaciones o taquicardia, sudoración, temblores o sacudidas, sensación de ahogo o disnea o hiperventilación, sensación de atragantamiento, opresión o malestar torácico, náuseas o molestias abdominales o inestabilidad, mareo, aturdimiento o sensación de desmayo, parestesias (hormigueos o entumecimientos) y escalofríos o sofocaciones.

Despersonalización, miedo a enloquecer o descontrolar. Miedo a morir

Dada la prevalencia de los síntomas somáticos sobre los otros, el paciente que no tiene aún un diagnóstico de pánico, supone que se trata de un problema clínico, cardiológico o neurológico y por eso muy probablemente se dirija a algún servicio de emergencias. Y está bien que así lo haga hasta descartar la patología orgánica y poder ser asistido por un psicólogo y/o psiquiatra.

Para hablar de trastorno de pánico deben producirse ataques inesperados, recurrentes y seguidos de inquietud persistente frente a la posibilidad de que aparezcan nuevas crisis, preocupación por las consecuencias de los ataques y cambio de la conducta relacionada con las crisis.

Una vez que una persona sufre un ataque de pánico, por ejemplo, mientras maneja el auto o va de compras por algún lugar donde hay mucha gente o se encuentra dentro de un ascensor, pueden crearse miedos irracionales o fobias relacionados con esas situaciones y comenzará a tratar de evitarlas.

Por lo que habrán podido notar no hay mucha diferencia entre el cuadro descripto por Freud hace mas de un siglo y lo que hoy es considerado Ataque de pánico. Esto evidencia que no se trata de una patología contemporánea, ya que la angustia ha estado siempre presente en la vida de los sujetos. Lo que sucede en la actualidad es que el bombardeo de estímulos es incesante y la persona debe soportar exigencias y presiones tanto en lo social, como en lo laboral y en ocasiones en la vida privada. La mayoría se sienten agobiados y esto viabiliza las condiciones para que el ataque de pánico se produzca. Aunque no basta con lo ambiental, si bien puede oficiar como detonante o bien predisponer el ataque, las causas tienen que ver con la propia historia y lo que de ella está aun por elaborar y resolver.

Entonces, si bien en mayor o menor medida, todos los seres humanos enfrentamos temores, ansiedad y angustia en lo cotidiano, estos son sentimientos que acompañan nuestro andar.

La angustia siempre es reveladora de algo, por eso es bueno no taparla. Ante su aparición no sabemos lo que está develando, solo sentimos ese malestar que oprime y por lo general asusta. Hay que saberla escuchar, para eso estamos los profesionales.

La angustia revela que hay falta. Pone en evidencia que por más poder, dinero u objetos que alguien tenga, no todo se tiene, no todo se compra, ni todo es posible; aunque es esto mismo lo que se trata de eludir por distintas vías, una de las privilegiadas es la del consumo. Esta misma falta es la que posibilita el deseo y mientras haya deseo habrá lazo con la vida.

Los desencadenantes de las crisis de pánico pueden ser múltiples aunque singulares para cada quién ya que tienen relación con la historia personal. A esto se suman la sobreexigencia de los tiempos que corren más la propia, como así también el estrés, y demás conflictos por los que atravesamos.

La incertidumbre es una de las tantas fuentes de angustia, aunque también es parte de la vida. En el terreno de lo humano no nos manejamos con certezas ni garantías; en el mejor de los casos, solo con algunas convicciones, lo cual no es poco. Se hace camino al andar, decía el poeta. Como no angustiarse de vez en cuando.

El problema es cuando el miedo se convierte en terror, se torna abrumador, la angustia es paralizante, no permite dormir, comer, salir de casa o llevar adelante las actividades cotidianas. Ese es el momento de hacer una consulta profesional.

El psicoanálisis brinda herramientas para enfrentar estos padecimientos. Cuando es necesario se recurre a los psicofármacos ya que atenúan el sufrimiento. La posibilidad de resolver las causas está en el tratamiento por la vía de la palabra, la medicación ayuda a hacer más llevadera la labor. Con los fármacos y la terapia se puede hacer un muy buen trabajo en función de aliviar el sufrimiento y resolver los determinantes de estas dolencias. El pronóstico será favorable siempre que la persona se ponga en manos de un profesional.

(*) Margarita Fernandez
Psicoanalista
E mail: marguifer@hotmail.com

lunes, 12 de noviembre de 2007

LAS FOBIAS DE LOS FAMOSOS

¿QUÉ tienen en común Jennifer Aniston, Whoopi Goldberg y Cher? Al margen de que sus cualidades interpretativas dejan mucho que desear, las tres actrices de Hollywood tienen pánico a volar, una fobia que también comparten con el cantante Michael Jackson.
Los famosos, al igual que el común de los mortales, padecen todo tipo de fobias, su temor es como el de cualquiera y sufren los agobios y las exaltaciones
de todo ser humano ante el objeto que les aterroriza.
La lista es larga y la causa de los miedos, variopinta. Jonny Depp, protagonista de películas como Charlie y la fábrica de chocolates y Piratas del Caribe , no puede ver ni en pintura a los payasos, esos deliciosos personajes adorados por los niños y que, sin embargo, el actor rehúye. "Hay algo en la cara pintada, en la sonrisa falsa
de los payasos. Parece que existe algo oculto detrás de esa superficie", ha llegado a declarar el protagonista de Descubriendo Nunca Jamás , quien comparte temor (denominado coulrofobia ) con Daniel Radcliffe (Harry Potter ) y el rapero Sean Diddy Combs.
Los animales también son objeto de pánico por parte de los famosos. El actor británico Orlando Bloom tiene miedo de los cerdos; Scarlett Johansson, de las cucarachas; la australiana Nicole Kidman no puede ver una mariposa, mientras que el cantante Justin Timberlake odia las serpientes, las arañas y los tiburones. Quien también teme a estos depredadores de mar es Brad Pitt, que ni siquiera puede verlos en la pantalla de cine. Finalmente, en el apartado animal se encuentra el futbolista David Beckham, uno de los hombres más deseados del mundo, que siente terror por los pájaros.
Curiosa es la fobia de Carmen Electra, ya que tiene miedo al agua. Curiosa porque la actriz saltó a la fama por su papel en Los vigilantes de la playa , donde interpretaba a una socorrista sin ni siquiera saber nadar. Una prueba más del nivel interpretativo exigido para participar en la popular -y sexista- serie televisiva.
A Uma Thurman su claustrofobia le impide permanecer en lugares cerrados, por lo que su escena en Kill Bill 2 , donde es encerrada en un ataúd, resultó de lo más real.
Kim Basinger, por su parte, padece agorafobia (temor a los espacios abiertos), así que no es de extrañar que la oscarizada actriz se pase semanas enteras recluida en casa y requiera de medicación.
Un trauma de su infancia impide a Sarah Michelle Gellar, protagonista de Buffy Cazavampiros , estar en un hospital. Además, no soporta los cementerios, por lo que se vio obligada a rechazar escenas de su famosa serie que debían ser rodadas en un camposanto de verdad.
OSCURIDAD Y MONSTRUOS Los espíritus no son precisamente el objeto de pánico de Jennifer Love Hewitt (Entre fantasmas), sino la oscuridad y los monstruos, temores que comparte con la tenista estadounidense Serena Williams.
El terror también se refleja en el rostro de la veterana Barbra Streisand, quien se pasó 27 años sin pisar un escenario por su fobia a cantar frente al gran público, desde que en 1967 olvidara la letra de un tema durante una actuación. Similar miedo sufre Madonna, excéntrica donde las haya, quien además siente pánico cuando oye truenos.
El temor de Matthew McConaughey, considerado el hombre más sexy del mundo por la revista People y ex pareja de Penélope Cruz, está en los túneles y en las puertas giratorias, tan habituales en los hoteles de cinco estrellas a los que seguro estará acostumbrado el fornido actor.
Sin embargo, el campeón de las fobias, el rey de las rarezas, es el cineasta Woody Allen. Claustrofóbico confeso, el actor y director neoyorquino siente pánico de los insectos, la luz del sol, los ciervos -incluido el entrañable Bambi-, los colores brillantes, los niños, las alturas, las habitaciones pequeñas, las multitudes... ¡Bendita Soon Yi por aguantarle!

Pánico en la farándula: una extraña enfermedad afecta a ricos y famosos


No es un virus. Tampoco una bacteria. David Beckham, su esposa Victoria Adams y Paris Hilton la sufren. ¿Qué les pasa?
El futbolista David Beckham gasta 1.000 euros al mes (unos 700 mil pesos) en calzoncillos Calvin Klein, pues los usa y los tira, tal como si fueran desechables.
Su mujer, Victoria, se desplaza con una caravana de camionetas llenas de guardaespaldas sólo para comprar las papas fritas de marca inglesa que le gustan. En tanto, Paris Hilton compró un terreno al lado de la tumba de Marilyn Monroe nada menos que para enterrar a su cabra.
Los gastos desmedidos de muchos ricos y famosos ya no sólo son excentricidades, sino muestra de que están enfermos. Todos ellos sufren de lujorexia, una obsesión desmedida por derrochar dinero y comprar cualquier cosa que les guste, aunque no la usen jamás.
¿El factor común?, no adquieren cualquier cosa, sino sólo artículos carísimos que marquen la diferencia con otras celebridades, los que se compran de manera compulsiva.
Dicen que el dinero no hace la felicidad, pero a estos famosos por lo menos les mantiene la mente ocupada.


Fuente: Guardado en: SALUD — LA ARGENTINIDAD ...AL PALO @

“Un sujeto puede tener varios trastornos psiquiátricos al mismo tiempo”

Entrevista al Dr. Sebastián Cukier especialista en Neuropsiquiatra en pediatría. Médico. Ex - residente y ex - jefe de residentes de psiquiatría infanto-juvenil del Hospital "C. Tobar García". Miembro del equipo de investigación del Instituto de Neurociencias. Buenos Aires.

Por Juan Pineda

¿Se puede decir que ataque de Pánico o crisis de Pánico es una enfermedad?

Ataque de pánico es el nombre traducido del inglés de un episodio de ansiedad aguda que en el Manual de Diagnóstico y Estadística de los trastornos mentales versión en español se llama "Crisis de angustia"; y no es una enfermedad ni un trastorno psiquiátrico (en las principales nosografías de psiquiatría se usa el término 'trastorno' y no 'enfermedad')
sino que es un episodio que puede ocurrir en el contexto de diferentes trastornos de ansiedad. El trastorno que presenta las "crisis de angustia" como uno de sus principales criterios diagnósticos se llama "trastorno de angustia" que es traducción del inglés de "Panic Disorder" y "Trastorno por Pánico". Pero puede aparecer también en un paciente con trastorno de ansiedad generalizada, trastorno por estrés agudo, trastorno por estrés
postraumático, etc. En resumen: existe un trastorno psiquiátrico que se llama "trastorno de angustia" que cursa con "ataques de pánico" (que acá se llaman 'crisis de angustia')


¿Cómo nos damos cuenta que sufrimos de pánico y cuánto dura la enfermedad?

El trastorno de angustia se define como un cuadro en el cual la persona presenta justamente crisis de angustia (o 'ataques de pánico') inesperadas y recurrentes, seguidas de inquietud y temor ante la posibilidad de tener más crisis. Una crisis de angustia o ataque de pánico se caracteriza por una aparición temporal y aislada de miedo intenso o malestar que se inicia de golpe y alcanza su máxima expresión en los primeros 10 minutos. Ese malestar o miedo se acompaña de algunos (al menos 4) de los siguientes: palpitaciones o taquicardia, sudoración, temblores, sensación de nudo en la garganta, náuseas, inestabilidad, mareos, sensación de ahogo, sensación de muerte inminente, sensación de irrealidad, miedo a volverse loco, hormigueo, sofocaciones o escalofríos.

¿Cuál es la consecuencia si no se atiende un Trastorno causado por Pánico?

En principio que genera mucho sufrimiento a quien lo padece; no solo mientras está sufriendo la crisis sino también después, por estar con temor anticipatorio a que ocurra una nueva crisis. Este último temor lleva a algunas personas a no animarse a salir de su casa por mucho tiempo por ejemplo.

¿Existen remedios para el pánico?

Hay varios tratamientos propuestos. Psicoterapéuticos, psicofarmacológicos y combinados.

¿Puede tener una persona ataques de pánico y también fobia?

Sí. Las fobias también pertenecen al grupo de los trastornos de ansiedad y cualquier trastorno de ansiedad puede presentarse junto con otros síntomas de ansiedad así como con otros trastornos psiquiátricos comórbidos (presencia de dos o más enfermedades independientes en un mismo sujeto). Una persona con fobia como diagnóstico único puede cursar con crisis de angustia, aunque esta solo va a aparecer al exponerse al objeto fobígeno (generador de miedo). Si tiene crisis de angustia sin nada que las desencadene, entonces además de la fobia tendría un trastorno de angustia.

¿Y puede además sufrir de trastorno bipolar?

Como dije antes, un sujeto puede tener varios trastornos psiquiátricos al mismo tiempo. La presencia de uno no descarta la presencia de otro. Las llamadas "comorbilidades" ocurren con mucha frecuencia, algunas con mayor frecuencia que otras.

Ataques de pánico, fobias, trastorno bipolar: diferencias entre niños-adolescentes y adultos

El trastorno por pánico no es muy frecuente en los niños pero puede ocurrir. Las fobias pueden ocurrir a cualquier edad. En cuanto al trastorno bipolar está más clara la descripción de sus síntomas en adolescentes y adultos (síntomas depresivos y síntomas maníacos o hipomaníacos) que en niños. El trastorno bipolar infantil no es de fácil diagnóstico porque no está definido específicamente en los manuales oficiales. Si se utilizan los mismos criterios diagnósticos que para el trastorno bipolar en adultos es difícil encontrar muchos casos en niños. Muchos autores de trabajos sobre el tema proponen una forma de presentación diferente del trastorno bipolar en los niños.

jueves, 8 de noviembre de 2007

Medicación y tratamiento del ataque del pánico

Un ataque del pánico puede pulsar en todo momento. Usted podría estar en un gran humor, teniendo un gran día en que todo el repentino un ataque pulsa. Para prevenir un ataque incómodo del pánico, intente el tratamiento apropiado antes de que el ataque comience. La medicación del ataque del pánico es un tratamiento común usado hoy, típicamente medicación del antidepresivo. La medicación del ataque del pánico se combina típicamente con terapia de comportamiento cognoscitiva para proporcionar un tratamiento cuidadoso del ataque entero del pánico. Con esta combinación del tratamiento una persona media que sufre de ataques del pánico ayudará a prevenir y a eliminar a veces un ataque futuro.

Una medicación de la contra-depresión es una gran ayuda en la lucha para prevenir un ataque del pánico. La medicación del ataque del pánico ayuda a calmar los niveles de la ansiedad de los pacientes, así previniendo el inicio de un ataque común del pánico. Una medicación del ataque del pánico prescrita para el tratamiento tendrá que ser adquirida un horario terminante, generalmente alrededor igual tiempo cada día. Es muy importante mantener este horario del tratamiento para prevenir cualquier síntoma del retiro causado por la medicación.

Reduzca los ataques futuros

Si el horario del tratamiento de la medicación del ataque del pánico se sigue terminantemente el paciente reducirá la ocasión de un futuro ataca. La medicación común del ataque del pánico usada para el tratamiento es sertraline (Zoloft), fluoxetine (Prozac) o paroxetine (Paxil). Estas medicaciones del antidepresivo serán combinadas a veces con el alprazolam (Xanax) una droga del benzodiazepine que se dé para relajar y para relevar niveles de una ansiedad de las personas. Esta combinación de la medicación del ataque del pánico puede eliminar literalmente un ataque todo junta. Algo de la medicación del ataque del pánico prescrita puede ser hábito que forma así que antes de tomar cualesquiera de ellos para satisfacer consulte con su doctor.

El tratamiento eficaz de un ataque del pánico no sólo implica el tomar de la medicación del ataque del pánico para la prevención, pero de la terapia cognoscitiva continuada. Las sesiones de la terapia serán analizadas en dos diversas secciones. La primera sección es la terapia del comportamiento, que proveerá de usted ejercicios que usted puede realizarse por ejemplo técnicas de la relajación. Este tratamiento junto con su medicación prescrita ayudará con los efectos mentales del ataque del pánico.

Más en terapia cognoscitiva

La segunda sección es terapia cognoscitiva; esto le ayudará a reconocer qué puede accionar su ataque del pánico de un aspecto físico. Este tratamiento también le ayudará a realizar qué hace que sus condiciones se empeoran. El tratamiento cognoscitivo de la terapia y la combinación de la medicación del ataque del pánico se han demostrado clínico ayudar a prevenir un ataque futuro del pánico.

Un ataque del pánico puede ser una situación muy espantosa, pero usted se recuperará eventual. Una vez que usted haya hablado con su doctor y han confirmado un ataque del pánico han ocurrido, su hora para el tratamiento. Consulte con su doctor y determínese qué tratamiento es el mejor para usted. Si le recomiendan para comenzar una medicación del antidepresivo, se cercioran de preguntar por efectos secundarios o los efectos de la hábito-formación. Con la combinación derecha de la terapia y de la medicación para el tratamiento, usted habrá tomado la primera medida en la prevención de cualquier ataque futuro del pánico.

jueves, 1 de noviembre de 2007

Bippres

INGRESE AL ESPACIO MULTIEMDIA DE BIPPRES, ALLÍ ENCONTRARÁ:

-ENTREVISTA AL PROFESOR GHAEMI
El Dr. S. Nassir Ghaemi es Profesor de Psiquiatría en Harvard Medical School y Director del programa de investigación del Trastorno Bipolar en Cambridge Hospital.
-PROGRAMA PUNTO DE MIRA
Emitido el día 8 de marzo de 2005 por Antena 3 TV Internacional para Hispanoamérica.
Intervienen el Dr. Jesús Valle, Psiquiatra y Vicepresidente de la Fundación Mundo Bipolar y Guadalupe Morales, Periodista y Directora de Comunicación de la Fundación Mundo Bipolar.
-PROGRAMA SABER VIVIR
Emitido el día 3 de mayo de 2005 por Televisión Española.
Dirigido y presentado por Manuel Torreiglesias, interviene el Dr. José Luis Carrasco, Jefe de Psiquiatría del Hospital San Carlos de Madrid, Guadalupe Morales (Jefa de Comunicación Fundación Mundo Bipolar) y Alfonso Mínguez.
-LA SALUD EN LA SER
Emitido el día 27 de marzo de 2005 en la Cadena SER. Conduce y dirige Paloma Delgado, Intervienen el Dr. Jesús Valle, Psiquiatra y Vicepresidente de la Fundación Mundo Bipolar y Guadalupe Morales, Periodista y Directora de Comunicación de la Fundación Mundo Bipolar.